En la celebración de Corpus Christi que se compone de una misa, procesión y adoración al sacramento es costumbre adornar las calles que recorren la procesión con alfombras “tapetes” de aserrín, flores y otros materiales, formando un mosaico multicolor, en Brasil, esa tradición surgió en Ouro Preto, ciudad histórica de Minas Gerais.