Roma, a 29 de junio de 2021
Queridos Hermanos de la Comunidad de Córdoba, Hermanos de la Provincia Nª Sª de la Esperanza, familiares y amigos.
Os hago llegar con verdadera tristeza, mis palabras de cercanía y afecto. Quiero estar unido a todos vosotros para acompañaros en la despedida a nuestro Hermano Alejandro con la certeza de que el Señor lo hará participe de su plenitud de amor en la nueva familia de los hijos de Dios.
Vuestra Comunidad se ha visto sorprendida por la enfermedad de varios Hermanos y especialmente hemos seguido en los últimos días con preocupación la salud del Hermano Alejandro que se iba complicando. Nos hemos sentido unidos en la oración, pero finalmente nos ha sorprendido sin esperarlo la pérdida del Hermano Alejandro. Hemos de aceptar su temprana partida, pero sabemos que no se va del todo y que seguirá acompañándonos en nuestra vida.
Quiero recordar al Hermano Alejandro con la sonrisa en los labios y con la guitarra en las manos. Mi último encuentro con él fue en el Encuentro de Fraternidades en Buenos Aires en el 2015 y la visita a la Comunidad de Santa María de Catamarca en el mismo año. Se mostraba contento con su vocación de Hermano, con su apostolado en medio de la gente, identificado con la Familia Sa-Fa y tratando de colaborar en todo lo que podía. Ahora ha dado su sí definitivo, el paso que lo introduce en la resurrección.
Me uno a la oración de los Hermanos de la Provincia, de la Comunidad de Córdoba, de la familia y de todos los amigos con quiénes compartimos la vida y el carisma Sa-Fa. Pedimos al Padre la felicidad eterna y la plenitud del amor para nuestro Hermano Alejandro. Que, aunque vivamos un momento triste, sea también una oportunidad para expresar nuestra fe profunda en la vida presente y en la vida futura que Dios nos da. Nos sentimos unidos en la oración y en la comunión de los santos.
La resurrección de Cristo nos lleva a esta esperanza, porque él mismo nos prometió: “Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí, aunque haya muerto vivirá”.
Que la Sagrada Familia nos bendiga.
Francisco Javier Hernando AG