Roma a 19 de marzo 2020
Estimados Hermanos
Recibid en nombre propio y del Consejo General un saludo personal y fraterno en estos momentos difíciles y de prueba que vivimos.
Nos enfrentamos, junto a nuestros hermanos los hombres, a una situación nueva e imprevisible que está afectando a todo el mundo y que de manera particular también ha alterado el ritmo cotidiano de nuestra Congregación en todos los países donde estamos.
Estamos siguiendo con interés y preocupación las noticias de nuestras Comunidades y Obras que nos van llegando a través de los Hermanos Provinciales y de otros Hermanos.
Gracias a Dios los Hermanos y sus familias no se han visto afectados hasta el momento. Pero sí hay en alguna nación, con presencia de Hermanos, con algún educador afectado.
En Europa el ritmo de afectados y muertos va en aumento. Las personas nos vemos obligados a permanecer en casa sin saber cuánto tiempo durará esta situación. Están cerrados no solo los centros educativos, también los comercios, salvo los de primera necesidad. En África la irrupción del virus ha sido más tardía, pero, igualmente los centros están cerrados. En América, dependiendo de países ha avanzado más o menos, pero prácticamente en todos los Centros están cerrados. En Asia igualmente se están produciendo las primeras decisiones en el mismo sentido. Las fronteras se han cerrado en bastantes países.
La labor educativa y pastoral, hasta las celebraciones litúrgicas públicas, se han interrumpido. En todos los lugares se están haciendo esfuerzos por acompañar a los alumnos, a las familias con los medios que se tienen al alcance, dependiendo del país.
En esta Cuaresma tan especial, quiero invitar a todos los Hermanos a que acompañemos con la oración esta situación. Convirtamos este drama en una oportunidad para la reflexión personal y comunitaria, aceptar las limitaciones, poner nuestra vida en manos del Padre, hacer una oración solidaria por las víctimas y pedir al Señor de la vida la solución de este problema.
En concreto, estamos invitados todos los religiosos y religiosas a unirnos a la Jornada de solidaridad y oración convocada para el Domingo, 22 de marzo, por la Unión de Superiores Generales (USG) y la Unión de Superioras Generales (UISG), especialmente en comunión con todas las personas que han sido afectadas. Cada Comunidad puede organizar algún momento de oración comunitaria, además de asegurar la oración personal.
También os invito a estar cerca de nuestros pueblos y de la Familia Sa-Fa. Seamos creativos para hacerles llegar nuestra ayuda y afecto. Son muchos los medios que podemos emplear para acompañar en este momento a nuestros alumnos, familias, grupos de pastoral y comunidades Sa-Fa. Que el aislamiento físico no derive en comodidad o en aislamiento humano y espiritual. Testimoniemos nuestra fraternidad con nuevas formas y expresiones.
Nos ponemos en manos de la Sagrada Familia para que nos proteja, renueve en nosotros la esperanza y llegue una solución definitiva a esta enfermedad y soluciones justas para afrontar las consecuencias que esta situación está generando.
Fraternalmente
Francisco Javier Hernando de Frutos AG