Hoy, 24 de junio de 2020, en la mañana temprano, 7:00 am, el Hermano Fernando partió a la Casa del Padre.
Después de un largo tiempo de postración, cerca de cinco años, por una neuropatía mixta que fue deteriorando paulatinamente su salud, hoy nos dejó físicamente.
Fernando había nacido en Buenos Aires, en la Capital Federal, el 10 de marzo de 1945. Era el menor de cuatro hermanos. Sus padres, Patricio Mallo y Josefina Piñón, familia de origen español, lo educaron en la fe y así, fue de la primera generación de alumnos del Colegio Sagrada Familia de Villa Urquiza, Buenos Aires.
Ingresó al Postulantado el 10 de diciembre de 1960, en Progreso (ROU).
Allí mismo hizo su Noviciado donde profesó el 21 de diciembre de 1962.
Hizo su Escolasticado en dos etapas, en Escuti, Córdoba, y en Villa Urquiza, Buenos Aires. Allí completó sus estudios del Magisterio y el Profesorado de Ciencias Religiosas.
Entre 1963 y 1968, ejerció su servicio de maestro y catequista en el Colegio de Buenos Aires.
Desde 1969 y hasta 1970 inclusive, actúa como ayudante en la casa de Formación de Córdoba, y profesor en el Colegio Escuti. En 1971 asume como Maestro de escolásticos
Los años 1972 y 1973, Fernando es Superior del Escolasticado, profesor y Consejero Provincial, con residencia en el Colegio Taborin de Córdoba.
En 1974 es trasladado a Buenos Aires, donde ejerce como profesor y continúa con sus estudios teológicos.
En 1978 va a vivir al Noviciado La Salle, como Maestro de Novicios, donde permanece hasta 1991. Durante estos años acompaña al gobierno de la Provincia como Consejero Provincial.
Los años 1992 y 1993, en el Colegio Sagrada Familia de Montevideo, colabora en la Pastoral de la Residencia Universitaria.
En 1994 ofrece el servicio de Superior en la Comunidad del Colegio Taborin en Córdoba.
Desde 1995 hasta el 2001 continúa con su servicio de Superior en la Comunidad del Colegio Sagrada Familia de Buenos Aires, ofrece en esa comunidad educativa, el servicio de secretario del secundario y animador de Catequesis.
Los años 2002, 2003 y 2004, como miembro de la Comunidad del Colegio San José de Tandil, ofrece su servicio de Superior, administrador, de profesor de teología en el Profesorado y animador en la Catequesis Familiar.
Entre 2005 y 2008 reside en la Casa Provincial, del Escuti, Córdoba, donde se encarga del Archivo Provincial y colabora en la Pastoral.
Regresa a Tandil los años 2009 y 2010, nuevamente como Superior, administrador y profesor.
En el año 2011 es destinado a la Casa Provincial, con su salud ya deteriorada, donde aún puede acompañar, durante algún tiempo, algunas tareas pastorales, para regalarnos, en estos últimos años su testimonio de humildad y sencillez en la aceptación de los cuidados que necesitaba. Ello dio pie al correspondiente acompañamiento de esta Comunidad, con el consecuente servicio pastoral, que nace del testimonio de la caridad fraterna.
Hoy damos gracias al Padre del cielo, habernos regalado a este Hermano, testimonio de fe, de amor a la Iglesia, de delicadeza y atención en la vida fraterna y de celo apostólico manifestado en el cuidado de la liturgia, en el servicio de la formación, la catequesis y la educación. Lo hizo desde su fragilidad humana asumida, que nos abre camino a la comprensión de los desafíos y posibles respuestas que nos propone el anuncio de la Buena Nueva hoy, desde la sencillez de Nazaret.
Su alma descanse con Jesús, José y María, en la cercanía del Hermano Gabriel.
La Misa de cuerpo presente se celebrará en la capilla del EScuti a las 15 hs. y posteriormente sus restos serán trasladados al cementerio de Villa Sagrada Familia en Carlos Paz
TESTIMONIOS Y ADHESIONES
Queridos Hermanos,
Quiero haceros llegar mis palabras de cercanía y solidaridad en estos momentos de tristeza para vuestra Comunidad y para toda la Familia Sa-Fa por la Pascua del Hermano Fernando Mallo.
En estos días, hablar de muerte y de vida se nos está haciendo algo cotidiano y familiar y para muchas familias las circunstancias cambian en pocas horas. Vuestra Comunidad también se ha visto sorprendida por la muerte de nuestro Hermano Fernando. La salud del Hermano en estos últimos años era muy débil y sobre la comunidad recaían las atenciones que necesitaba. Con todo, su presencia ha continuado a ser una bendición y una ocasión para vivir la fraternidad en circunstancias de dificultad y debilidad. Seguro que esto os ha dejado una experiencia humana y espiritual muy rica.
La única ocasión en la que conocí al H. Fernando fue en la visita canónica que hice a la Comunidad de Córdoba en 2015 y, aunque comenzaba a tener dificultades con la movilidad, sí pude tener una larga conversación en la que percibí el trato afable y delicado del Hermano. Ese modo respetuoso y cercano de acoger la palabra del otro y ofrecer su palabra nos muestra una expresión bien concreta del espíritu de familia, uno de los rasgos fuertes de nuestro carisma. Me quedo con esta enseñanza y os animo a que cada uno trate de hacer este ejercicio: ¿qué aspecto de la vida del H. Fernando le enriquece como persona y como Hermano? Los que nos dejan siempre dejan algunas huellas en la vida de quiénes nos quedamos.
Quiero unirme al sentimiento de todos los Hermanos de la Provincia Nuestra Señora de la Esperanza y especialmente de vuestra Comunidad de Córdoba ante esta pérdida. Son momentos tristes que se hacen aún más tristes por el hecho de no poder hacer al Hermano un funeral como se merecía, dadas las circunstancias especiales que vivimos. Que al menos lo podamos suplir con la oración y la comunión de los santos.
Nos queda el consuelo de la oración para que el Señor pueda unirlo a la gran familia de los hijos de Dios. La resurrección de Cristo nos lleva a esta esperanza.
Que la Sagrada Familia nos bendiga.
Roma, a 24 de junio de 2020
Francisco Javier Hernando
“Soy el Hno. Santiago Rodríguez Mancini, de La Salle. Hace un rato Fernandito me avisó de la Pascua de Fernando Mallo. Quería escribirte y por tu intermedio a los Hermanos de la Sagrada Familia para agradecerles por el don de la persona de Fernando en aquella comunidad intercongregacional de la que participé junto a él. Lo hice primero como novicio y luego como profesor en esa comunidad formativa. Quiero agradecer la calidad de su fraternidad, la sencillez de su servicio, la delicadeza de sus aportes, la cercanía con las cuestiones íntimas de cada novicio, su preocupación por la vida de cada uno y, sobre todo, la riqueza de su experiencia de Dios que compartía sin temor. Ha sido una presencia hermosa en aquel conjunto. Sus palabras y su compañía han dejado huella en mi vida. Lo suyo no era sólo ser cariñoso sino también crítico y duro cuando era necesario. Estoy muy agradecido por su paso en mi vida y rezo ahora con ustedes y con él por todos nosotros, seguros de que está inserto en la Pascua de Cristo dando vida al mundo. Te abrazo y los abrazo”.
“A pesar de todas las dificultades por las que atravesamos, el ánimo de la comunidad sanjuanina se manifiesta en el fuego, anuncio de una humanidad nueva. Elevemos nuestra oración por los integrantes de nuestra comunidad. Unamos nuestras plegarias también para que Jesús reciba en su gloria al querido Hermano Fernando Mallo, el primer alumno que recibí en segundo primario en Villa Urquiza. Fue en 1953 año de la fundación del Colegio en Buenos Aires. Fernandito brindó valiosos servicios a la Congregación…entre otros como Maestro de novicios. Padeció durante varios años la paralización de su cuerpo. Sentimos su pérdida, pero ha sido la liberación de un largo sufrimiento…” (Hno. Héctor da Rosa)
“Hoy falleció el Hno Fernando Mallo… Lo conocí de chico, en el colegio Sagrada Familia de Buenos Aires. Yo era muy chico (5 o 6 años) me sorprendía su altura y su nariz grandota…Me hacía acordar a Luis Sandrini, por alguna de sus morisquetas… Me reencontré con él en 1990, haciendo el Noviciado Intercongregacional de La Salle en Villa Warcalde. Allí fue mi maestro de novicios. Él me ayudó a comenzar a recuperar el vínculo con mi familia y a trabajar con mis límites. Siempre admiré su trabajo minucioso aunque algo desordenado sobre la valoración de las pequeñas cosas. Admiré también su amor por la Congregación y la aceptación de sus límites. Te sorprendía con pequeños gestos, regalos, lecturas… Ya siendo escolástico, lo tuve como guía espiritual en mi último año como hermano. Entendía mi crisis pero al mismo tiempo le dolió que me fuera. Hizo vínculo muy lindo con mis papás… los acompañó dentro y fuera de las Fraternidades, respetando sus decisiones y visitándolos en Buenos Aires y Córdoba. Quiso la vida que viniera a trabajar en Pastoral en el Tabo…él creía que no tenía nada para aportar, ya que estuvo muy pocos años como docente. Sin embargo, fue para las maestras de inicial y primario una presencia significativa: fue muy querido y valorado porque lo que hacía era mostrarse tal cual era con ellas y con los chicos. Se reía de sus límites, pero sorprendía por su manera de acompañar y escuchar a los que se acercaban a él. Me atrevo a decir que a pesar de sus achaques físicos, disfruto estar «en el campo de la pastoral escolar» como él decía. La última vez que nos encontramos fue en el velorio del Hno. Héctor Emilio…Simplemente nos miramos, sabía que no podía hablar mucho. Nos quedamos mirando. En sus ojos se podía ver que estaba encarnando una de sus enseñanzas del Noviciado: prepararse para vivir el misterio pascual en nuestra vida es nuestro gran trabajo personal y espiritual.
Le agradezco al Dios de la Vida el regalo de tu cercanía, de tu fe y de tu presencia entre nosotros…
Hno. Fernando… Seguí caminando hacia la Luz que no tiene fin.
Te recuerdo con esta sonrisa y esa felicidad en medio de los chicos… (Santiago Peluffo)
Córdoba, 24 de junio de 2020
“Si Dios me da la gracia de ir al cielo, no olvidaré en el descanso de la gloria eterna a la querida Comunidad de la Sagrada Familia…” “…Ojalá que mis acciones puedan merecerme tal felicidad. Así lo espero también de la protección de la Santísima Virgen, en quien siempre he tenido gran confianza y a quien he profesado una devoción muy especial. Le ruego me asista cuando la muerte cierre mis ojos…”
del Testamento Espiritual del Hermano Gabriel Taborin
Estimados Hermanos de la Sagrada Familia
Desde nuestro espacio de la ASF, como cuerpo societario y miembros de las comunidades educativas Sa-Fa, deseamos expresarles nuestro profundo pesar el fallecimiento de nuestro querido Hermano Fernando Mallo y acompañarlo, de alguna manera, en este momento de su partida al Padre.
Él ha dejado profundas huellas en todos nosotros por su presencia cercana y fraterna. Nunca olvidaremos sus reflexiones personales, su acompañamiento en las distintas comunidades educativas, siempre y en toda ocasión, acercándonos las enseñanzas que heredara de nuestro Fundador, el Hermano Gabriel Taborin.
Su testimonio de vida en la vocación de religioso, su amor y dedicación por la educación, han sido un gran aporte para todos los miembros de las obras educativas en las que estuvo presente
Acercamos a su vez, los múltiples saludos de docentes, alumnos y familias que lo conocieron y compartieron momentos con él.
Que la paz del Señor le dé descanso eterno.
Acompañamos desde nuestros hogares, este momento de celebración en su memoria, unidos en oración.
Saludo fraterno
Comisión Directiva – ASF